De aquél Viejo madero
qe yace abandonado
lejano y olvidado
cuál vivir pasajero.
Espero por tus manos
que labren mi figura
y formen la escultura
que abolide la vida.
Qué sean tus cinceles
los que den floreceres
al funesto abandono
que yace muerto en vida.
Y cuándo ya descubras
mi cuerpo que te espera
cuál olorosa hierba
bordeando la pradera.
Será que ha revivivdo
la esperanza de un destino
de aquél madero urgido
de volver a dar vida.
Me abandono a tus manos
para que en cinceladas
esculpan y den talle
al cuerpo que te clama.
Aída Alanis.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario