No había escusas
solo atendía el llamado del amor
que , a veces;
es inevitable.
Asi, casi sin pensarlo
como nacen las flores silvestres
en el campo,
así nació mi amor.
De la ausencia
de caricias,
del deseo de la carne
de la necesidad de otro mundo.
De tu sangre,
y de mis deseos de amarte,
como las sombras
o como el ruido de las hojas de los arboles
al caer la tarde.
No había escusas,
ni preámbulos...
solo me limité
a amarte.
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