sábado, 1 de noviembre de 2014

Me cayó la vida encima, sín pensarlo.

Se me cae la noche encima
ya la espiga del camino
se ha secado;
ya el final de mi destino
es el comienzo de un princio
ya anunciado.

Hásta el rojo de las rosas palidece
es profundo un desenga~o
como ver morír de sed
aquél pájaro en el árbol.

¿ Qué va a pasar cuando me ganen
los días solitaria en el sendero
sín tu presencia a mi lado ?

Me cayó la tarde encima
y la noche se avecina
más espesa que la  niebla
pero de algo estoy segura;
en el fondo de mi pecho
llevo tu rostro gravado.

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