Quizá nunca deje
de pensar en tí;
imagino tu voz
en mís oídos
cuál suave melodía,
imagino el calor de tus manos
apresadas en las mías.
Quisiéra poder
besar tu frente
y aprender del sabor de tu piel,
y bañarme en la luz de tus ojos...
estoy segura, que solo al verte
caería de hinojos
en el lecho de tus brazos,
Quizá...un día.
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