Había perdido la mirada
en la distancia,
- en la ausencia -
en cada tramo qué de tí
me separaba;
en cada nube y en aquél cielo
cubierto de escarcha.
Había olvidado
- o quizá no recordaba-
qué se siente escuchar
cuando se ríe a carcajadas,
cuando se siente que la esperanza aguarda
simplemente detrás de una palabra.
Había perdido el sentido
de saberse amada;
- con un limosna me bastaba-
i que ciega fuí !
estuvé a punto de perder
el pasaje de llegada,
mi boleto hacía la dicha
que me aguardaba al cerrar mi puerta.
Había perdido de mi vida
dos palabras,
- un te amo -
qué alguna vez quisé escuchar
y que nunca pronunciaron.
Mi pecado más grande fué
olvidarme que existía
un sendero hacia el ma~ana,
un camino por andar,
una ilusión, un abrazo
y un corazón que me ama.
Había perdido...
hoy recojo de la siega
las ganacias.
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