Esta vez, no volví sobre mís pasos
caminé lentamente
cargando en mi hombro
mís zapatos.
A mi rostro
refrescaba la brisa de un mar
alborotado,
y en mi camino
el espíritu de la paz
abriéndome paso.
Me aferré a la exepriencia
de mís años,
y tomé por las riendas
un destino apresurado.
Esta vez
como un ave la paz
cruzó el úmbral de mís atajos
decidida a seguir,
continué caminando.
Y a quién quiera juzgarme
aquí están mís zapatos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario