domingo, 8 de junio de 2014

Con mis zapatos al hombro.

Esta vez, no volví sobre mís pasos
caminé lentamente
cargando en mi hombro
mís zapatos.

A mi rostro
refrescaba la brisa de un mar
alborotado,
y en mi camino
el espíritu de la paz
abriéndome paso.

Me aferré a la exepriencia
de mís años,
y tomé por las riendas
un destino apresurado.

Esta vez
como un ave la paz
cruzó el úmbral de mís atajos
decidida a seguir,
continué caminando.

Y a quién quiera juzgarme
aquí están mís zapatos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Entrada destacada

AUTORRETRATO

Hablemos claro... yo no soy una sombra; soy un alma, con cuerpo y con memoria. Un destino en un mundo inalcanzable; la geog...