En pos de la derrota
de esa gran obra de teatro
con capítulos felices
y desenlaces amargos.
En busca de un lucero
en el obscuro bregar
peregrina del olvido
y el cansado caminar.
En el silencio del alma
reclamandole al ocaso
las piedras que tropezaron
las suelas de mís zapatos.
Y víslumbro alla a lo lejos
la luz amarilla de un faro
el que guiará mis pasos
al destino señalado.
Dónde ya no habrá mas llanto
y se acabe mi sufrir
donde sepulte el fracaso
del tormento de vivir.
Y al final con un suspiro
cierro el telón de mi vida
y en regalo a aquellos días,
dame un beso vida mía.
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