domingo, 10 de julio de 2016

MORIR DE AMOR

Morír de mal de amor
como mueren las rosas
cuando les falta agua;
como muere el pensamiento
cuando se mete la luna
y comienza la mañana.

Es como morír lento,
como una suave sensación
 de sucumbir
entre tus brazos
y tu fragancia, que mas que 
enloquecer, mata.

Mas me hubiera valido
no saborear nunca de la sabia
de tus besos,
que envenena,
que se vuelve necesaria
para seguir respirando
el aire que se cuela 
por mi ventana.

Morír de mal de amor
es escuchar a lo lejos
una suave música
que hiere, que me confunde,
en ver el cielo enrojecer
como esa luz de aquélla vela
que agoniza;
pero que me hace tanta falta.

Morír de amor...
es solo eso...
un espacio donde la espera
se hace muy larga.



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