con lo habitual
mis pies sienten pena
de tanto bregar
camino a la noche
y mientrás espero
a ver de mís días
la última estrella brillar;
me ahogan las nubes
de mi soledad ,
y el tiempo que corre
y yo sigo siendo
el feto absoluto
de un mundo de oprobio
del duelo que nunca
por haber nacido
se pudo olvidar;
esta vez no siento
estoy desolada
me olvido que hábito
pues casi no vivo
y sólo camino
de paso al destino
del último muelle
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