martes, 12 de agosto de 2014

BIENVENIDA

Cuando el más triste oprovio
me abatía
decidí volver sobre el camino
y buscar al fondo del destino
la semilla seca que germina.

El caudal del río de la vida
retomo su andar contra del viento 
mitigando en ello el cruel tormento
de escuchar el grito de agonía
de la fiera herida en movimiento.

Y pensar que no hay vida vivida
no emociones o falta de anhelo
y pensar que como fiera en celo
caminaba al par de mi desvelo
y deje crecer el desconsuelo.

Así como Los montes que florecen
después del otoño con la lluvia
en mi pecho la esperanza crece
Y a mi alma la pasion se anida
el Amor como El Monte reverdece.

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